sábado, 19 de diciembre de 2009

Reseña de "Lecciones de Origami" de Augusto Effio Ordónez


Lecciones aprendidas.

Por: Jorge Salcedo.


Augusto Effio Ordóñez (Huancayo, 1977) es, sin duda, junto con Sandro Bossio y Ulises Gutiérrez (autor del muy recomendable “The Cure en Huancayo”), el escritor que completa el tridente literario que representa al conjunto de narradores de mayor proyección internacional de la literatura huancaína.

Effio Ordóñez, es autor del libro de cuentos Lecciones de origami (Matalamanga, 2006) obra que será presentada en el marco de la 1ra Feria del Libro Zona Huancayo. En esta primera entrega, Effio inventa San Cristóbal, una ciudad imaginaria a la manera de Santa María de Onetti, la Buenos Aires de Borges y Cortázar o el Macondo de García Márquez.

Effio Ordoñez es todavía conservador con el manejo de las estructuras narrativas, sin embargo, en el manejo del lenguaje Effio presenta, desde la primera línea, una marca de estilo reconocible. Otro punto a favor en el trabajo narrativo de Effio en Lecciones de Origami es la pericia que tiene para escamotear hábilmente los datos clave dispersos en el cuento que luego le servirán para su golpe final. Además, creemos que el autor ha logrado escribir un libro atípico. Existencialista. Incluso, con pasajes que lo instalan sin complicaciones en la ola metaliteraria.


¿El mejor cuento de toda la colección?: Lecciones de origami; relato con el que Effio obtuvo el Copé de Plata en la Bienal de Cuento organizado por Petroperú (2004). En este texto, el autor nos involucra en la historia de una oscura burócrata del Ministerio de Educación, que roba los fondos no reclamados de profesores jubilados y cesantes por orden de su jefe, Octavio. Tal vez la mayor virtud del autor, es la posibilidad de metáfora que desliza desde la primera página haciendo alusión a imágenes de fluidos orgánicos, (la escena de la donación de sangre con la que se abre este texto) hasta la escena de escupitajos y hemorragias con que termina el relato. Effio, sobre todo en este texto, es deliberadamente minucioso, sabe elegir el instante justo cuando ocultar y develar.

En la misma línea con lo anterior, se ha dicho también muchas veces que esa manera tan cuidada de narrar, es decir, la de ocultar, escamotear, ordenar y develar datos, requiere de una perfecta secuencia de acontecimientos, que si no funciona como un reloj suizo, la estructura sobre la que se sostiene el cuento colapsa sin remedio. Es obvio, si algo en ese mecanismo falla, el golpe final se desperdicia. Afortunadamente, esto casi nunca ocurre en los cuentos de Lecciones de origami.

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