La fe de un poeta
Por: Miguel Ildefonso
augusto rubio acosta ha reunido "inventario de iras y sueños", "mi camisa de comando y otros poemas", y "poquita fe", libros a los que ha anexado una sección denominada poemas perdidos y encontrados, formado también por un breve segmento de trabajos ológrafos y manuscritos. como cualquier lector, me pregunto entonces al desgaire: ¿qué hace a un artista -a un poeta en este caso- creer en el arte en tiempos tan ajenos a lo sublime o a la belleza?, ¿de qué está hecha esa fe en lo perenne o lo imperecedero?... hace unas décadas, decía juan ojeda sobre esta época: "tiempo de morir/ y sobre la tierra una ausencia de dioses", "sabemos ciertamente / que el tiempo es menos real que los sueños, y chapoteamos / con nuestras pobres voces en un tiempo perdido". mucho nos dice aquí ojeda, tan cercano a augusto y tan cercano a todos.desde sus hórridos sueños, augusto, con la presente reunión poética de sus libros, cumple con hacernos ver dos planos simbólicos de la experiencia humana: el primero es una especie de travesía por lo intemporal, por cuestiones metafísicas como el amor, la muerte, la belleza, la poesía. el segundo -el exterior- con seres entrañables, a modo de testimonio, en el que se funde el quehacer poético de la existencia con los problemas sociales, los conflictos humanos, aunque siempre con esa tónica de ir más allá de esta realidad. es por eso que, luego de leer poquita fe, no solo hemos sentido el haber abordado un tiempo y un lugar, sino también un espíritu que se ha tomado en serio este viejo oficio de la palabra y el silencio.
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