sábado, 12 de febrero de 2011

Entrevista a Enrique Ortiz autor de "Abandonada luna" VOL No 2 de nuestro catálogo de poesía






"LA POESÍA SIEMPRE VA A TENER VIGENCIA"


Sandro Bossio Suárez

“Abandonda luna” es un poemario interesante, surgido de las entrañas mismas de un joven poeta huancaíno que ya ha dado importantes pasos en la poesía. En la siguiente entrevista, Enrique Ortiz Palacios, su autor, nos habla de la inspiración, de la vida, de la lectura, pero también de su último libro.


¿Qué concepción tienes de la poesía?

Para mí la poesía, como manifestación artística, es la recreación de un mundo paralelo al que vivimos y al que quisiéramos perfeccionar. También, la poesía es un arma poderosa que sin gastar ni una sola bala puede hacer del hombre un ser mucho más sensible con su realidad.

¿Todavía está vigente?

La poesía siempre va a tener vigencia, a pesar de que otros géneros, como la novela, le están robando últimamente titulares. Si hacemos un recuento de las épocas de esplendor de la poesía, ha sido justamente después de conmociones mundiales como las guerras. La poesía cumple un papel catalizador porque favorece al desarrollo, leer poesía, escribir poesía nos aleja de la bestialidad.

¿Hoy existe una poesía como la concebimos clásicamente?

Las formas han cambiado pero la esencia sigue siendo la misma, el contenido no ha variado. El tema del amor, por ejemplo, sigue siendo el “leit motiv” a lo largo de la historia. Lo que sí me parece lamentable es como se la enseña en los colegios. Los estudiantes la temen porque no “la entienden” y no les han explicado que la poesía más que para entenderla es para sentirla. Que el estudiante memorice figuras literarias no es relevante. Te aseguro que si les hacemos redescubrir a Bécquer, comprobarían que las cancioncillas de ahora son tan simplonas.

Este es tu tercer poemario. Dista estéticamente del primero, pero mantiene la
misma fuerza y belleza del segundo. ¿Fue tu intención mostrar una evolución
poética?


Claro, el artista siempre quiere perfeccionar su arte, es una forma de inconformismo de rebeldía a lo trivial. Del primer libro a este hay una distancia cronológica de trece años y al volver a sus páginas compruebo que he madurado y eso me anima a seguir bregando con la palabra, no es nada fácil, es un largo proceso de corrección que francamente te dejan agotado.

El lenguaje de tu poesía es fulgurante. ¿Te cuesta mucho encontrar los términos adecuados?

Como lo dije líneas arriba, sí me cuesta mucho, suelo trabajar hasta con cuatro diccionarios para corregir o encontrar la palabra adecuada. Es frustrante querer expresar lo que ronda en nuestro mundo interior y no hallarlas. Ahora comprendo a Neruda más que nunca cuando compara el trabajo del escritor con la del pescador: “el escritor debe volver a pescar, contra el frío, contra el hielo, contra el agua hasta recoger una pesca mayor”.

Trabajas mucho la estética… Pero también hay una gran fuerza interna, poética, en tus versos. ¿Crees que eso es innato o se puede aprender en un taller?

Considero que los seres humanos nacen con talentos que al descubrirlos tempranamente les permiten perfeccionarlos. El mejor taller, para mí, son las lecturas de los grandes escritores, de los grandes poetas, de aquellos que sobrevivieron al tiempo, al que con causa justa se les llama clásicos.

Tu libro tiene una arquitectura musical: luna nueva, luna creciente, cuarto
menguante; algo así como las cuatro estaciones de Vivaldi. Y cada "luna"
responde a un ritmo y una voz poéticos diferentes, acordes. ¿Fue intencional?



Sí fue intencional, quise conjugar las etapas de la luna con los estados emocionales del hombre. Sus momentos de lucidez, sus circunstancias sombrías, el dilema del amor y el temor a la muerte. Y el título pretende llamar la atención del abandono o desesperanza que no nos redimen, que nos esclavizan. Como cuando nos dicen “no te abandones”.

¿Quiénes son tus referentes poéticos?

Neruda y su relación con el amor, Vicente Aleixandre a quien le debo el título del libro en el poema “Corazón negro” cuando dice: “triste historia de un cuerpo que existe como existe un planeta, como existe la luna, la abandonada luna, hueso que todavía tiene un claror de carne”. A Vallejo, infaltable, en lo irreverente para reinventar el idioma.

¿Por qué crees que hoy en día se lee menos poesía que antes?

Por falta de referentes, de difusión, ni siquiera aparecen textos poéticos en los planes de lectura. Y te aseguro que nos perdemos de un alimento espiritual que nos devuelve la esperanza cada vez que queremos arrojarnos de un puente o un edificio.